Nueva edición de Los coleccionistas
Esta primavera Everest, en su nueva etapa como sello de Paraninfo, ha recuperado una de mis primeras y más queridas novelas, Los Coleccionistas, ganadora del Premio Villa Pozuelo de Alarcón de Novela Juvenil en 2011, y que ya resultaba muy difícil de encontrar.
Espero que con esta edición nuevos lectores puedan conocer a Belinda y a esos extravagante visitantes que, sin acobardarse por la inminencia de la guerra, atraviesan la ciudad sitiada para descubrir lo que se esconde tras las puertas de un museo cerrado durante más de cuarenta años. ¿Qué hay en el interior del edificio? ¿Podrá Belinda conocer sus maravillas? El tiempo corre en su contra, pero cada uno de ellos está ahí por un motivo y no se irán sin conseguir lo que buscan.
Los coleccionistas es una historia repleta de historias. Una celebración del placer de contar y fabular en torno a lo que deseamos. Es una historia sobre la pasión por coleccionar, sobre la búsqueda de la belleza, los lazos sentimentales que nos unen a los objetos que nos acompañan. Sobre cómo elegimos lo que nos construye, sobre la codicia, la curiosidad, el amor por el conocimiento y, también, sobre los secretos que ocultamos.
Esta reedición me ha dado la oportunidad de volver a leer con calma esta historia, puliendo aquellos detalles que el paso del tiempo me permite ver ahora con mayor claridad. Ha sido un trabajo grato, y un reencuentro con una novela que se desarrolla en un espacio físico limitado prácticamente a una plaza, pero que se amplía no solo a través de los relatos que van compartiendo los personajes, esos coleccionistas a los que hace referencia el título, sino también por el anhelo creciente ante lo no nombrado, ante lo no accesible y que la imaginación de la protagonista —y, es de esperar, también del lector—, trata de alcanzar.